domingo, 27 de mayo de 2018

Crónica del Hanami SOS 11


      El 20 de Mayo del año pasado fuimos invitados al Hanami SOS 10º aniversario. Al parecer les gustamos lo suficiente como para que Brigada SOS, la organizadora del evento, nos volviera a escoger para dinamizar la sección de juegos de mesa en su secuela Hanami SOS 11, que se celebró el 5 de Mayo del 2018. De 11h a 21h llenamos nuestra sala asignada del centro de jóvenes Palau Alòs de diversión a través del juego. ¿Nuestra opinión de este evento respecto al del año anterior? ¡Mucho mejor y con más gente! No obstante, no todo fue color de rosa, porque sus puntos negativos tuvo y algunos bastante demoledores según mi punto de vista. Hagamos un repaso a través de las fotografías que tomamos. 






1. Una sala pequeña con tan solo tres mesas.

     El primer desengaño que tuvimos fue ver que la sala que se nos asignó solamente disponía de tres miserables mesas. Sí, cierto es que nunca se sabe 100% qué cantidad de gente va a ir  a nuestro apartado de juegos, pero más vale prevenir que curar. Las primeras horas fueron tan catastróficas que no acudió ni cristo a jugar. Para colmo, como sólo teníamos tres mesas, los juegos los pusimos encima de unas taquillas por tal de no sacrificar una mesa como expositor; esto conllevó a que la poca gente que pasaba ni se dignara a acercarse a ver los juegos que habíamos llevado. Nuestra experiencia de campo en anteriores eventos nos lleva a que mínimo necesitamos cinco mesas; si no funciona no pasa nada, pero es mejor que sobren que no que falten, como acabó pasando a partir de media tarde (lo veréis más adelante). 

Aquí nuestro pedazo de expositor. 

Teníamos solamente tres mesas. Además, los chicos de Brigada SOS también tenían su pequeño rincón de juegos, como podéis ver en la imagen (el chico sentado de la derecha). Nuestros juegos pasaban desapercibidos por estar en la otra punta de la sala. 






2. Ante los parones, vicio al canto. 

         
       Lo que está claro es que no íbamos a estar parados sin hacer nada mientras esperábamos a que vinieran usuarios. Después de estar un buen rato hablando de nuestras cosas le tocó el turno de ver mesa a Tokaido. Fue una partida bastante extraña: nuestro socio Ricardo se quejaba de que su personaje era una mierda y de que no tenía apenas pasta; añadir a esto el hecho de que el tío le dio la vena de jugar con el turbo y la partida se fulminó en nada. Lo más gracioso del asunto es que acabó ganando la partida él...










3. Lo que sucede cuando encuentras un Jenga enorme.

           No sabíamos si era un Jenga o no realmente, pero la cosa es que se acabó utilizando como tal. No veas lo bien que se lo pasaron los mamones. Incluso el chico de Brigada SOS acabó animándose. 







4. Los eventos, puntos de reunión clásicos.


           Algo que nos gusta de los eventos a los que acudimos es que te acabas encontrando con gente que hace mucho tiempo que no ves. En otras ocasiones aparece gente fiel que nos sigue a todos los lugares o, en su defecto, a la mayoría de ellos. Pues bien, en el Hanami 11 se nos presentó Sergio y Xavi, dos antiguos usuarios de nuestra asociación que, por X motivos, no aparecen tanto a nuestras jornadas habituales, pero siguen dando guerra en los grandes eventos. Fueron a su bola para saludarnos y jugar al Yu-Gi-Oh!









5. Hanami 11, lugar de debut.

       Normalmente cuando vamos a eventos de este calibre solemos llevar juegos nuevos. Para Joking Hazard, Mice and Mystics y Kitty Paw esta actividad fue el primer gran evento en el que debutaron (en nuestras jornadas habituales ya habían visto mesa). Tres juegos de mecánicas totalmente diferentes: Joking Hazard sigue la línea de títulos como Cartas contra la humanidad, cuyo objetivo es hacernos partir de risa con sus tonterías, solo que en este caso hay dibujos incluidos en las cartas; Mice and Mystics es un explorador de mazmorra típico, muy sencillo e idóneo para jugar con los pequeños de la casa, ya que la historia de por sí es infantil; y Kitty Paw es un party-game de agilidad visual y manual que tiene como principal protagonista a unos lindos gatitos. 

Jocking Hazard

Jocking Hazard

Mice and Mystics


Mice and Mystics


Kitty Paw






6. El asunto se animó a partir del mediodía.

       A partir de las 13h o de las 14 la sala que teníamos asignada se nos colapsó de gente. Nos acabaron trayendo dos mesas adicionales, por lo que llegamos a disponer de cinco. Además, una de estas la utilizamos como expositor de nuestros juegos, por lo que los retiramos de las taquillas y los ubicamos en su nuevo lugar. Muy a nuestro pesar no pudimos hacer frente a la gran oleada de gente que quería venir a jugar a los juegos, porque ni con cinco mesas dimos abasto; todas permanecieron ocupadas desde el mediodía. Una lástima que la gestión del evento no nos permitiera disponer de una sala más amplia con más material, pero nosotros ya hicimos lo correcto, que fue pedir todavía más mesas.

Nuestro nuevo expositor, esta vez cara a la entrada y visible para cualquiera que se asome por ella.

Batalla por el Olimpo


Patchwork




Desde aquí agradecer a Brigada SOS por invitarnos una vez más a su evento. El próximo año esperamos volver, si lo desean ellos y si somos invitados ^_^. 

martes, 22 de mayo de 2018

Reseña de Plitsch-Platsch Pinguin

¡Buenas a todos, jugones! 

      Hoy os presento Plitsch-Platsch Pinguin. Sinceramente, la traducción al español no sé cual es, porque ni siquiera tengo constancia de que existan copias del juego en dicho idioma. Lo tenía mi novia por ahí perdido en su casa, apareció y está incluido en nuestra ludoteca con todos los componentes. Lo tenemos en versión alemana, editado por Ravensburger, aunque tuve la suerte, al menos, de hallar unas instrucciones en inglés en la BoardGameGeek

      Se trata de un juego de destreza manual, orientado para niños de 5 años en adelante. Juegos de la misma índole tenemos el Animal sobre Animal y El Cuco Kiko estrena nido, ambos de HABA.






           Veréis que el juego incluye unos ocho cilindros azules, ocho cilindros blancos y un cilindro azul oscuro. Uno de los azules y otro de los blancos son reemplazos en caso de pérdida de alguno de ellos, por lo que en realidad se juega con siete.









        Debéis decidir si jugaréis con los blancos o con los azules. La diferencia radica en que con los primeros el juego es un poco más difícil, ya que la superficie de estos es más pequeña en comparación con la de los azules. En la imagen no se aprecia mucho, pero teniendo los componentes delante sí.

       Tras tomar la decisión se tiene que colocar los cilindros elegidos formando un círculo y que entre ellos haya la distancia mínima suficiente como para que quepa la mano de un niño. A este círculo hay que añadir también el cilindro azul oscuro.




       

    Sobre cada uno de los cilindros colocad una loseta de hielo. Encima del cilindro azul oscuro debe ir la loseta que tiene el pez dibujado.






    Situad boca arriba y al lado de la loseta que tiene el pez dibujado la ficha de pez que contiene cinco peces.






      Por consiguiente, haced acopio del resto de fichas de pez, formad un montón con ellas y ponedlo boca arriba sobre la ficha de pez que tiene cinco peces dibujados, de tal forma que esta sea la última del montón. La primera pieza del montón de fichas de pez no puede ser una que muestre un pescado en los huesos.



Fichas de pescado en los huesos.





      Para terminar, poned el pingüino sobre la loseta de hielo que tiene el pez dibujado. ¡Ya estáis listos para comenzar!








* Cómo jugar


    Jugar a este título es la mar de sencillo. Comienza la partida el jugador más joven y se sigue en sentido horario. 

    Un turno consiste en lanzar el dado y mover el pingüino en el sentido de las agujas del reloj tantas losetas de hielo como resultado haya aparecido. ¡El pingüino debe pararse en cada una de las losetas antes de avanzar hacia la siguiente!


* Si en algún momento provocáis que una loseta de hielo caiga de su cilindro al mover el pingüino vuestro turno se termina inmediatamente; devolved a su posición original la loseta y poned el pingüino encima. Es el turno del siguiente jugador. 

* Si conseguís mover el pingüino tantas losetas como os haya indicado el resultado del dado sin hacer caer ninguna de ellas estáis de suerte, porque tendréis que realizar otro turno. 

    Cuando un jugador alcanza la loseta de hielo que contiene el pez dibujado detiene su movimiento inmediatamente, termina su turno y roba la ficha de pez de la parte superior de la pila pertinente. En definitiva, el turno de un jugador acaba cuando provoca la caída de una loseta de hielo o bien cuando alcanza la que tiene el pez dibujado. 

   En una de las caras del dado aparece la imagen del pingüino; si os aparece este resultado al lanzarlo perdéis el turno. 



     Cuando en la pila de fichas de pez quede a la vista una que muestre un pescado en los huesos comienza inmediatamente una ronda especial. Las fichas que contienen un pescado en los huesos cuentan como puntos negativos al final de la partida

     Una ronda especial funciona de la siguiente manera: cada jugador debe lanzar el dado una única vez y mover el pingüino tantas losetas como este indique, siguiendo las reglas detalladas anteriormente. Si aparece el resultado del pingüino en el dado perdéis el turno, que en este caso es una cosa buena. El jugador que haga caer una loseta de hielo durante su movimiento o bien que alcance la que contiene el pez dibujado deberá hacer acopio del pescado en los huesos





* Fin de la partida

      La partida termina tan pronto se haya vaciado la pila de fichas de pez. Gana el jugador que más peces tenga entre todas las fichas que haya conseguido. Recuerdo que los pescados en los huesos cuentan como puntos negativos.




* Conclusión


     Plitsch-Platsch Pinguin apareció misteriosamente en casa de mi pareja un día haciendo orden. Tiene su sentido, porque el juego está en alemán completamente y para aquel entonces imagino que no había ni traducción al inglés en la BoardGameGeek. Abandonado quedó en un cajón hasta estos días en los que escribo esta pequeña reseña. 

       Como juego para adultos no lo veo; su mecánica se basa en tirar el dado y mover el pingüino de una loseta de hielo a otra deteniéndose en todas ellas y procurando que ninguna se caiga. A ver, esto para un adulto es, a mí modo de ver, relativamente fácil, ya que no hay más que poner el pingüino en el centro de la loseta y todo apañado. Se le coge el truco enseguida, incluso con los cilindros blancos, que tienen menos superficie que los azules. Un adulto puede verse mucho más entretenido con Animal sobre animal, El cuco Kiko estrena nido e incluso con el Jenga

      Para un niño, pues, es cuestión de que lo pruebe y él mismo saque sus conclusiones. Como juego de habilidad que es, puede gustarle más o menos. Para estos casos sí que veo idóneo sacarlo a mesa. Los niños se entretienen con cualquier cosa así que, con ellos, que es el público objetivo, funcionará lo más probable. 

      El apartado visual no es tampoco nada destacable. Quizás lo más llamativo son los peces dibujados en las fichas de pez. El resto es todo correcto. Y el material tampoco deslumbra mucho, por no mencionar el pingüino, que me parece muy cutre. Desconozco cómo son el resto de juegos de Ravensburger y con qué materiales los confeccionan, pero lo que sí sé es que este pingüino es un auténtico callo. 

     Y poco más tengo que decir de este título. Yo si no lo tuviera no lo compraría, puesto que para mí hay títulos mucho mejores de la misma índole. Yo lo adquiriría si tuviera una asociación que la frecuenten niños o bien si tuviera hijos. Para jugarlo entre adultos hay otros juegos infantiles que le dan muchas patadas, dejando a este para el arrastre. 





¡A ver quién coge más peces!