Y así presentamos este juego. Daña, aniquila, traiciona... y sobretodo crea intriga jugando a Intrigo.
Gracias a un amigo nuestro pudimos disfrutar de este juego en Ziggurat Jocs de Castelldefels. El juego nos pareció bastante entretenido y da que pensar. Se trata de un juego de cartas en el que los jugadores controlarán una de las familias de la Serenissima. Tienen que hacerse con el control de un sello de cada tipo o de 4 de una clase. Claro está, todos emplearéis métodos rastreros para fastidiar a los demás, como asesinar. El juego es para 3 y 4 jugadores y ha sido creado por Catherine Dumas, Charles Chevallier y Pascal Pelemans.
El tablero se compone por cartas. Las que forman un cuadrado separadas entre ellas alrededor de los 6 montones centrales forman el palacio. Las que se ven en la parte inferior con el número "0" son los marcadores de puntuación para cada uno de los diferentes sellos. Como veis, hay cinco tipos. Cada jugador debe tener un set de éstos.
Una vez el tablero está montado debe colocarse un sello y una moneda en cada una de las cartas de palacio, alternando entre ambos en cada una. Se colocan los seis tipos de cartas especiales en el centro en montones y, por último, cada jugador escoge una familia al azar. Ya se puede comenzar a jugar .
Primero de todo cada jugador recibe 4 cartas del mazo principal de juego. Éstas pueden ser de todas las familias incluyendo una que habrá neutral. Todos deben escoger una y colocarla boca abajo sobre la superficie de juego. Las restantes se pasan al jugador situado a la izquierda de cada uno. Se vuelve a escoger una y se guarda boca abajo. Así sucesivamente hasta que todos han escogido 4 cartas.
Estas cartas tienen un número. Comenzando ahora por un jugador inicial éste debe colocar una boca arriba entre dos cartas de palacio del tablero (los espacios vacíos). El siguiente jugador hará lo mismo y así sucesivamente hasta que todos los huecos se hayan llenado.
¿Cómo funciona el juego? Es muy simple. Las cartas de familia compiten entre si para llevarse lo que hay en las cartas de palacio que hay entre ellas. Por ejemplo, hay una carta de palacio con un sello amarillo y en sus lados hay una carta de 3 de una familia y una de 2 de otra. Se llevaría el sello quien controle la familia de la carta de 3. En caso de empate nadie se lleva nada. Es así se simple. La gran gracia del juego es que nadie sabe que cartas tienen los demás y se pueden usar las que son de otros jugadores para fastidiarles a ellos mismos colocándolas en sitios malos. Claro está, el resto pueden hacer lo mismo con las tuyas...
Ahora bien, el juego no queda aquí. Las cartas del centro, las especiales, aportan muchas más funciones al juego.
A medida que se van usando se van haciendo más caras. Las monedas se utilizan para pagar a estos enigmáticos personajes. Comenzando por la primera fila y de izquierda a derecha tenemos el asesino que mata a otra carta de familia situada en sus lados, la cortesana que se encarga de obligar a un jugador a jugar cierta carta, al mercader que intercambia las posiciones de dos cartas de familia ya colocadas, al ladrón que inutiliza un sello o moneda (no se podrá obtener como premio), al juglar (creo que se llama así) que intercambia la posición de un sello por una moneda o viceversa y al abanderado que mueve una carta cualquier de familia ya colocada a una posición vacía. Éstos personajes se encargan de darle al juego aún más encanto todavía. Cuando se paga por uno de ellos no se juega carta de la mano, sino que se coge la que quieras usar y la colocas en el tablero como cualquier otra. Cuando se agota un mazo no se repone.
Una vez se han comprobado los resultados, los cuales se miran siguiendo un orden en concreto (se comienza por una carta inicial, se comprueba el resultado y se continúa en el sentido de las agujas del reloj), se recogen todas las cartas de familia (las especiales usadas se descartan), se mezclan todas y comienza una nueva ronda. Aquel que tenga 4 sellos de un tipo o uno de cada uno gana la partida.
La primera impresión que tuve al jugarlo fue que me sonó mucho al Ciudadelas, más que nada por el tema de los personajes especiales. Está claro que en mecánica se parece bien poco. Me ha gustado sobretodo porque es a su vez de estrategia y tienes que saber donde colocar las cartas para sacar el máximo beneficio de ellas y a la vez fastidiar a los demás, cosa que es difícil de conseguir. Es fácil de aprender a jugar y cualquiera con un mínimo de ganas aprende. Las partidas no deberían exceder más de una hora en un principio.
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