jueves, 30 de agosto de 2018

El origen de El Dado Dorado

      Como cualquier ser vivo, toda asociación tiene un origen, un porqué, un motivo por el que nace y por el que hace lo que hace. Podríamos decir que una asociación (usando mis propias palabras) es un grupo de gente que se une con un fin común, fin que para alcanzarlo se llevan a cabo ciertas acciones con las que sus miembros disfrutan realizándolas. La nuestra, El Dado Dorado, es una asociación sin ánimo de lucro, que implica el no cobrar nada por sus actividades. Entonces, ¿para qué matarse a hacer eventos, quedadas... que requieren ciertos esfuerzos si luego no se cobra ni un duro? Podríamos decir, al menos en mi caso, que es por satisfacción personal. 

      Yo, Cristian Becerra, soy el actual presidente de este grupo al que denominamos El Dado Dorado. El porqué del nombre es básicamente porque nos gustaba como sonaba, y punto. Sí, es bastante simple el motivo, pero es así ^_^. Comencé con los juegos de mesa desde bien pequeño. En aquella época se jugaba a los clásicos: monopoly, ajedrez, damas, la escalera, parchís, oca, ¿Quién es quién?... Gente para jugar no me faltaba realmente, incluso llegaba a montar partidas en solitario al Monopoly. ¿Cómo? Simulaba que jugaban dos jugadores y los controlaba a ambos, tomando las decisiones para cada uno (las pocas que el juego te brinda, la verdad). 

Aquí estoy bastante más joven pero no tengo muchas fotos mías decentes... XDD. Este soy yo, Cristian Becerra, presidente de la asociación.

Bueno, os dejo una en la que salgo haciendo el monguer un poco. 

Pa' chulo mi pirulo





       Allá por el 2002 más o menos me regalaron un juego clásico al que le metí mucha caña y que fue el trampolín para ansiar más e introducirme en los juegos de mesa modernos. Stratego era su nombre y acabé explotándolo mucho, tanto que en unos reyes magos posteriores pedí que me regalaran más juegos de mesa. Así es como llegó a mí el Juego de tronos de tablero (primera edición editada por Devir) y el Warcraft, basado en el videojuego Warcraft III: Reign of Chaos. Con la adquisición de estos dos últimos títulos la vena de querer probar nuevos juegos se disparó, obteniendo en un futuro por mi propia cuenta una copia de Senji. Los cuatro juegos que para entonces poseía compartían una característica, y es que eran de estrategia, si bien Juego de tronos era el más difícil de todos sin lugar a dudas. Llegados a este punto ya no jugaba a juegos clásicos, noté que los modernos aportaban nuevas sensaciones, nuevas formas de jugar, más diversión... y una reglas encantadoras que estudiarme. Bueno, Stratego podríamos considerarlo como un clásico, pero lo meto dentro de los modernos porque fue mi trampolín personal hacia el vicio. 







     Llegamos al 2010, con la querida crisis económica chupándonos el culo. Andaba buscando trabajo. Mientras trataba de encontrar algo tuve una idea, y fue la de ofrecer un taller de juegos de mesa en el Centre de Recursos per a joves Can Xic de Viladecans. La idea era que me pagaran por dirigir aquella actividad, que básicamente era llevar los pocos títulos que tenía, organizar partidas y dinamizarlas, explicando yo los juegos, sin necesidad de que los usuarios tuvieran que leerse ningún manual de reglas, pero obviamente no resultó. Los motivos eran claros: dudaban de que la actividad tuviera éxito y no estaban dispuestos a dar ni un duro. No obstante, me filtraron la información de que en Gavà había una asociación, denominada Plan B, que a veces hacía actividades relacionadas con los juegos de mesa. Un día decidí aparecer por allí y saber más. Así es como acabé llegando a La casa Gran de Gavà, que podríamos considerar como el punto de origen de mi actividad a nivel pre-asociativa. 

La Casa Gran de Gavà




         Marta Sorribas Cervantes, que era una de las empleadas de aquel centro cultural para entonces, fue mi primer contacto allí. Tras el fracaso en Can Xic de Viladecans de intentar llevar a cabo un taller de juegos cobrando resultaba evidente que en Gavà no iba a ser diferente. Total, que propuse mi proyecto, pero de forma voluntaria. Y lo aceptaron. Cada lunes, miércoles y viernes, desde diciembre del 2010 hasta enero del 2013, iba allí a organizar y dirigir partidas a todo el público interesado. Para entonces contaba con juegos nuevos, como Talisman, Doom, Zombies!!!, Descent: Viaje a las tinieblas... Al principio costó bastante de que arrancara, y la verdad es que la mayoría de las veces acudía al centro para absolutamente nada. Al cabo de un mes y medio más o menos de que yo empezase a hacer acto de presencia en La Casa Gran para realizar mi proyecto comenzaron a aparecer los primeros interesados. La mayoría de los asistentes eran chavales que tenían alrededor de unos doce o trece años. En algún momento llegué a tener usuarios de treinta y cuarenta, e incluso algunos con cierto grado de discapacidad mental. Todos resultaron ser una experiencia única a su manera. 
   

      En uno de esos días magistrales en los que no acudía ni el tato a mí taller fue cuando conocí a Jaime García Porcel, que era miembro de la antigua asociación Plan B. Esta era la asociación de la que me hablaron en Can Xic de Viladecans y el motivo real por el que acudí a La Casa Gran, ya que yo les buscaba por tal de colaborar de alguna manera. Al final decidí actuar por cuenta propia con mi proyecto. Actualmente Jaime es secretario de la conocida Trenca't la Closca de Gavà y su mujer, Ana, es la presidenta. Plan B acabó disolviéndose porque sus integrantes tenían formas diferentes de llevar la asociación. ¿Porqué menciono a Jaime en este post? Pues básicamente porque fue él quien me propuso montar mi propia asociación. La primera vez que vi a Jaime recuerdo que se pasó por el casal para, simplemente, jugar a algo. Casualmente me encontraba yo allí. Hasta entonces no había hecho caso de los juegos que el centro disponía, ya que me centraba únicamente en los míos. Jaime me abrió la puerta al Carcassonne. Aprendido este, me motivé para saber jugar al resto: Dixit, Ritmo y bola, Saboteur, Keltis... Mi relación personal con Jaime se basa únicamente en lo vivido a través del juego, y la verdad es que tenemos una confianza total el uno con el otro. De hecho, siempre nos tiene en cuenta para colaborar con su asociación en actividades que ellos organizan, e incluso en ocasiones nos han cedido eventos que ellos mismos no han podido abordar por asuntos personales.

De izquierda a derecha:
- Merlín (actual miembro de El Dado Dorado)
- Jordi (actual miembro de El Dado Dorado)
- Amanda (vicepresidenta de El Dado Dorado)
- Yo (presidente de El Dado Dorado)
- Jaime García Porcel (secretario de Trenca't la Closca)

Esta fotografía fue tomada durante la entrega de premios del 9º Safari fotográfico de Gavà, actividad que organizó Trenca't la Closca en Julio del 2018 y en la cual participamos miembros de El Dado Dorado




       La idea de montar la asociación rondaba en mi cabeza, pero no tenía ni lugar en el que ejercer las actividades ni la gente necesaria. Para crear una asociación hacen falta tres personas mínimo: un tesorero, un presidente y un secretario. Para entonces estaba yo solo. A pesar de ello, tenía la necesidad de dar un paso más hacia adelante; la pasión por los juegos había crecido hasta tal punto en mí que ya se trataba de una ansiedad que necesitaba satisfacer de alguna manera, buscar algo que me hiciera sentir útil ante la falta de trabajo de aquellos tiempos. Hablamos del año 2012 más o menos. Ya llevaba cerca de dos años en La Casa Gran cuando decidí lanzarme a montar una asociación gracias al apoyo de Jaime.

       Le propuse la idea de crear una asociación a mi amigo Ricardo Cabello Ferres; le pareció buena y accedió sin pensárselo mucho. Supongo que como tampoco trabajaba para entonces necesitaba sentirse útil de alguna manera. Sinceramente nunca he sabido los motivos verdaderos por los que accedió a acompañarme en esta aventura, aparte de que no tenía trabajo y del gusto por los juegos. No obstante, su pasión no es tan elevada como la mía ^_^, o al menos eso es lo que creo.

   
A la izquierda, actual secretario de El Dado Dorado, Carlos Castilla García. Entraría en servicio oficial como secretario allá para finales del 2015 aproximadamente.
A la derecha, actual tesorero de El Dado Dorado, Ricardo Cabello Ferres. Tesorero desde su fundación hasta la actualidad. 


      El tercer integrante, Sergio Valle Alcobendas, apareció un día por La Casa Gran como si la vida quisiera que nos hubiésemos conocido. Y así fue. Este chico disponía de un local en Viladecans, que era de su padre y que se convertiría en la sede de la asociación hasta el año 2016. Sergio fue el secretario de la asociación hasta finales del 2015 si mal no recuerdo, entrando después Carlos Castilla García (aparece en la foto anterior), que ya llevaba tiempo viniendo a nuestras actividades y ya le teníamos gran estima. Sergio representó la excusa definitiva para crear la asociación, que acabó denominándose El Dado Dorado. No disponíamos de más gente que quisiera formar parte de la junta de una asociación, así que... el tercer integrante, Sergio, fue el primero que apareció de la nada y que estaba interesado en un proyecto así. La verdad es que fue bastante aleatorio, y se podría decir que el destino acordó un encuentro entre Ricardo, yo y Sergio en La Casa Gran de Gavà aquel día y a aquella hora. 

     El proyecto pasó de ser mío e individual a algo colectivo. En enero del 2013 abandoné aquel centro cultural que me permitió evolucionar y dar un salto hacia adelante, además de conocer a Jaime. Nuestras actividades comenzaron a realizarse en Viladecans y la asociación pasó a estar registrada allí de forma oficial. Con el tiempo comenzamos a hacer en eventos en otras ciudades, expandiendo nuestros horizontes: Barcelona capital, Sant Adrià de Besòs, Cubelles, Sant Boi de Llobregat, Castelldefels... En la actualidad, de hecho, nos gusta más ir fuera que quedarnos en Viladecans, ya que, como digo siempre, nuestro punto fuerte radica en acudir a los eventos y demostrar de qué pasta estamos hechos. 

         
      Y este es el origen de El Dado Dorado. Se podría decir que el motivo principal que me llevó a montarla fue el querer ser útil de alguna manera en una época en la que la crisis económica era muy fuerte y no había manera de encontrar trabajo, además de que yo tenía ciertos problemas psicológicos y no ayudaban tampoco. De hecho, la asociación llegó a sacar lo mejor de mí y me apoyó mucho a la hora de superar mis problemas personales. Otro motivo fue, evidentemente, la creciente pasión por los juegos de mesa, que iba en aumento a medida que descubría nuevos títulos. La asociación lleva activa, a día de hoy, casi cinco años. 






¡Gracias por leerme y saber más de nuestra historia!

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